Las Últimas Noticias (1993, feb 15): Feria del Libro Usado no es para domingueros: sus puertas cerradas frustraron a muchos lectores interesados en esa iniciativa cultural

Abstract

Sorprendidas y enojadas estaban las personas que concurrieron ayer a la Primera Feria del Libro Usado, en calle Santo Domingo 711, ya que a la entrada se encontraron con las puertas muy cerradas y "adornadas" por unos artesanales letreros que anunciaban su horario de atención..., el que excluía los domingos. Fuimos testigos del disgusto de algunos y participes del enojo de muchos otros que hablan llegado antes y que dejaron grabada su protesta en los carteles. "Mala propaganda. Nos hicieron perder la mañana del domingo. Gracias", era uno de los reclamos de la gente, escritos sobre los mal acogidos letreros. Eran muchos los que habían querido aprovechar la mañana del domingo para visitar la feria; ni no tener otra opción. "Nos imaginamos que era el dia más lógico para venir, pues se supone que uno trabaja durante los otros días", dijo Francisco Sepúlveda, acompañado por su esposa. A pesar de su molestia, el entusiasmo de la gente por la iniciativa era evidente. La mayoría iba en busca de alguna baratura. "Los libros nuevos tienen precios prohibitivos, pero me contaron que aqui hay unos bastante más baratos", explicó Ana Luisa Millán. Pero el entusiasmo quedó sólo en eso. "Es absurdo: las ferias del libro usado son tan comunes y atienden hasta altas horas", dijo Cecilia Yanine de Porcile. "En todo caso, la idea es buena, sólo falta madurarla y mejorarla", agregó Arnaldo Porcile. De todas formas, es de esperar que la gente tenga la oportunidad de volver antes de que termine la feria, el 25 de febrero, y encuentre, esta vez, las puertas abiertas.

Sorprendidas y enojadas estaban las personas que concurrieron ayer a la Primera Feria del Libro Usado, en calle Santo Domingo 711, ya que a la entrada se encontraron con las puertas muy cerradas y "adornadas" por unos artesanales letreros que anunciaban su horario de atención..., el que excluía los domingos. Fuimos testigos del disgusto de algunos y participes del enojo de muchos otros que hablan llegado antes y que dejaron grabada su protesta en los carteles. "Mala propaganda. Nos hicieron perder la mañana del domingo. Gracias", era uno de los reclamos de la gente, escritos sobre los mal acogidos letreros. Eran muchos los que habían querido aprovechar la mañana del domingo para visitar la feria; ni no tener otra opción. "Nos imaginamos que era el dia más lógico para venir, pues se supone que uno trabaja durante los otros días", dijo Francisco Sepúlveda, acompañado por su esposa. A pesar de su molestia, el entusiasmo de la gente por la iniciativa era evidente. La mayoría iba en busca de alguna baratura. "Los libros nuevos tienen precios prohibitivos, pero me contaron que aqui hay unos bastante más baratos", explicó Ana Luisa Millán. Pero el entusiasmo quedó sólo en eso. "Es absurdo: las ferias del libro usado son tan comunes y atienden hasta altas horas", dijo Cecilia Yanine de Porcile. "En todo caso, la idea es buena, sólo falta madurarla y mejorarla", agregó Arnaldo Porcile. De todas formas, es de esperar que la gente tenga la oportunidad de volver antes de que termine la feria, el 25 de febrero, y encuentre, esta vez, las puertas abiertas.