Residencia solidaria para personas en situación de calle

Abstract

A lo largo de la historia y del desarrollo humano siempre ha existido una diversidad de personas y estilos de vida, la masa que conforma el colectivo se rige bajo estándares de normalidad y anormalidad, estos estándares han ido evolucionando a medida que pasan los años y generaciones aumentando la aceptación de nosotros mismos, vemos como la sociedad acepta cada vez más a personas con discapacidades físicas y mentales, opciones sexuales o de creencias religiosas, pero existe un estilo de vida que ha existido desde siempre y está presente hasta en los países más desarrollados, las personas en situación de calle o “homeless”. Este tema tiene una alta carga de estigmatización asociado a todo lo que lo involucra, la falta de alimento, la falta de vivienda y las faltas de oportunidades, muchas veces el miedo a la pobreza nos impide abrirnos a las personas que la viven y a medida que no nos hagamos cargo y sigamos escondiendo esta dura realidad los homeless seguirán presentes por siempre. Esta condición puede ser temporal o permanente pero existe una tendencia, las personas en situación de calle que no reciben ayuda a tiempo optan por esta forma de vivir como una solución permanente. Para esto existen distintas soluciones de caridad, hospederías comerciales, hospederías solidarias, residencias temporales y residencias solidarias, esta última trabaja con el concepto de “calor de hogar” fomentando la interacción y el rol activo de las personas que la habitan, dándole un nuevo sentido a la forma de vivir. Con mi proyecto aspiro a generar conciencia y traer el tema a discusión, a hacernos cargo como sociedad de los más necesitados. La idea es generar un ambiente protector donde los prejuicios no estén presentes, creando espacios de interacción, participación y cooperación siempre vinculados a grandes espacios articuladores de programa como lo son los patios, los cuales dándole una vocación alimentaran los espacios interiores de la arquitectura. Crear una alternativa efectiva a la falta de vivienda además de entregar las herramientas necesarias para enfrentar la sociedad además de enseñar las habilidades para ser competente en el mercado laboral. Es de acuerdo a estas necesidades de la sociedad y mis aspiraciones que propongo una residencia solidaria para personas en situación de calle, para ayudar a hombres de 25 a 59 años que se encuentren desprotegidos, dándoles apoyo psicológico, psiquiátrico y médico, además de un lugar donde dormir y talleres de reinserción social, talleres laborales y continuación de estudios básicos. Me limito a este rango etario y a este género porque son los más desprotegidos por el estado y además tienen mayor presencia.

A lo largo de la historia y del desarrollo humano siempre ha existido una diversidad de personas y estilos de vida, la masa que conforma el colectivo se rige bajo estándares de normalidad y anormalidad, estos estándares han ido evolucionando a medida que pasan los años y generaciones aumentando la aceptación de nosotros mismos, vemos como la sociedad acepta cada vez más a personas con discapacidades físicas y mentales, opciones sexuales o de creencias religiosas, pero existe un estilo de vida que ha existido desde siempre y está presente hasta en los países más desarrollados, las personas en situación de calle o “homeless”. Este tema tiene una alta carga de estigmatización asociado a todo lo que lo involucra, la falta de alimento, la falta de vivienda y las faltas de oportunidades, muchas veces el miedo a la pobreza nos impide abrirnos a las personas que la viven y a medida que no nos hagamos cargo y sigamos escondiendo esta dura realidad los homeless seguirán presentes por siempre. Esta condición puede ser temporal o permanente pero existe una tendencia, las personas en situación de calle que no reciben ayuda a tiempo optan por esta forma de vivir como una solución permanente. Para esto existen distintas soluciones de caridad, hospederías comerciales, hospederías solidarias, residencias temporales y residencias solidarias, esta última trabaja con el concepto de “calor de hogar” fomentando la interacción y el rol activo de las personas que la habitan, dándole un nuevo sentido a la forma de vivir. Con mi proyecto aspiro a generar conciencia y traer el tema a discusión, a hacernos cargo como sociedad de los más necesitados. La idea es generar un ambiente protector donde los prejuicios no estén presentes, creando espacios de interacción, participación y cooperación siempre vinculados a grandes espacios articuladores de programa como lo son los patios, los cuales dándole una vocación alimentaran los espacios interiores de la arquitectura. Crear una alternativa efectiva a la falta de vivienda además de entregar las herramientas necesarias para enfrentar la sociedad además de enseñar las habilidades para ser competente en el mercado laboral. Es de acuerdo a estas necesidades de la sociedad y mis aspiraciones que propongo una residencia solidaria para personas en situación de calle, para ayudar a hombres de 25 a 59 años que se encuentren desprotegidos, dándoles apoyo psicológico, psiquiátrico y médico, además de un lugar donde dormir y talleres de reinserción social, talleres laborales y continuación de estudios básicos. Me limito a este rango etario y a este género porque son los más desprotegidos por el estado y además tienen mayor presencia.