El Mercurio (1988, jul 19): Nueva universidad privada

Abstract

El proceso de creación y desarrollo de nuevas universidades privadas puede ser mirado con optimismo y esperanza por la opinión pública. Es posible que en ellas se encierre el germen de una renovación substancial del quehacer universitario chileno, que parece más dificil de alcanzar en los planteles estatales o semiestatales. En éstos, cada innovación debe vencer la oposición de intereses ajenos al saber superior. Factores burocráticos, políticos, presupuestarios y otros se conjugan con frecuencia para inmovilizar a esas universidades en esquemas rígidos y limitados. (...) La Universidad Mayor, de reciente creación, ofrece una característica nueva y bienvenida: impartirá solamente carreras del área científica y tecnológica, a diferencia de las demás privadas, que se han concentrado mayoritariamente en derecho, economía y otras carreras que no requieren de infraestructura en laboratorios. Tanto por esta razón como porque su grupo directivo se compone de personas con vasta experiencia en lo universitario, cabe prever que resultará una opción atractiva para muchos. En todo caso, quizá el fruto más interesante de las universidades privadas sea la introducción de rectificaciones en la tradicional orientación profesionalizante de nuestros estudios superiores, al abrir la formación que imparten a criteriós más integrales. Para el país, sin lugar a dudas, será más trascendente elevar su nivel cultural promedio, que resguardar el nivel de ingresos de determinadas actividades, por importantes que ellas sean. (Extracto del artículo).

El proceso de creación y desarrollo de nuevas universidades privadas puede ser mirado con optimismo y esperanza por la opinión pública. Es posible que en ellas se encierre el germen de una renovación substancial del quehacer universitario chileno, que parece más dificil de alcanzar en los planteles estatales o semiestatales. En éstos, cada innovación debe vencer la oposición de intereses ajenos al saber superior. Factores burocráticos, políticos, presupuestarios y otros se conjugan con frecuencia para inmovilizar a esas universidades en esquemas rígidos y limitados. (...) La Universidad Mayor, de reciente creación, ofrece una característica nueva y bienvenida: impartirá solamente carreras del área científica y tecnológica, a diferencia de las demás privadas, que se han concentrado mayoritariamente en derecho, economía y otras carreras que no requieren de infraestructura en laboratorios. Tanto por esta razón como porque su grupo directivo se compone de personas con vasta experiencia en lo universitario, cabe prever que resultará una opción atractiva para muchos. En todo caso, quizá el fruto más interesante de las universidades privadas sea la introducción de rectificaciones en la tradicional orientación profesionalizante de nuestros estudios superiores, al abrir la formación que imparten a criteriós más integrales. Para el país, sin lugar a dudas, será más trascendente elevar su nivel cultural promedio, que resguardar el nivel de ingresos de determinadas actividades, por importantes que ellas sean. (Extracto del artículo).