| dc.description.abstract | Chile, con una longitud de 4.300 km1, se enfrenta a una geografía con un amplio catálogo de flora y fauna nativa exclusivos de nuestro territorio, destacando los humedales costeros como elementos en constante exposición a cambios climáticos, interacción con las urbes y actividades del borde costero. A grandes rasgos, el humedal Salinas Chica, ubicado en la cuarta región, en la Bahía de Tongoy, se destaca por el beneficio nutricional que recibe de las corrientes marinas, que se intensifican por los eventos
naturales y se contienen por la morfología de la bahía, que aporta con el desarrollo de un ecosistema invaluable y se transforma en un foco fértil que llama la atención de organizaciones científicas que estudian su biodiversidad terrestre y marina, pero también de la industria pesquera de tipo artesanal y de proyectos inmobiliarios que han puesto en peligro el equilibrio ecológico de este frágil ecosistema. En una extensión de 12.05 km de bahía se encuentran los humedales Estero de Tongoy, Salinas Chica, Salinas Grande y el Humedal de Pachingo, además de la localidad de Tongoy y Puerto Aldea ubicados a sus extremos. Es la localidad de Tongoy que se ha visto en un proceso de expansión urbana, consolidación de borde y crecimiento en la explotación de la pesca artesanal en los últimos años pero, no considera que el humedal Salinas Chica recibe especies en peligro de extinción, que inmigran a este humedal para reproducirse y que las especies característica del humedal se alimentan especialmente por las aguas fértiles, contaminando sus aguas con los desechos de la pesca artesanal arrastrados por la corriente, drenando sus aguas para apoyar el reciente proyecto inmobiliario y ahuyentando a las aves inmigrantes por la descontrolada actividad turística que se ve interesada en este ecosistema. (1.500 turistas al año). Apoyado solo por una asociación local David León Tapia y Liceo Carmen Aurora Rodríguez Henríquez, de orientación científica, el humedal costero Salinas Chica, es el lugar cen que decidí desarrollar el proyecto de arquitectura que no solo sirva de apoyo científico, sino que pueda interactuar de manera armónica con el humedal y ayudar a conservar en lo posible las cualidades de éste. Para ello, se trabajará a los pies de él y no en el humedal, para dar oportunidad a un dialogo que evite intervenir con el paisaje y respete el entorno de la flora y la fauna. De esta forma, uno de los objetivos que espero lograr con el desarrollo de este proyecto es tener
un lenguaje plástico volumétrico donde el montaje pueda llevarse a cabo por los voluntarios de la asociación y que también aproveche en su mayor medida las cualidades del lugar. Para ello, trabajar y entender las características de la madera es fundamental, desde el uso que le han dado los habitantes de Tongoy como la versatilidad del material y sus posibilidades de
la medida estándar. Esto significa, que el volumen en su totalidad sea integral para luego agregar las variables de luz, humedad, vientos, terreno, alturas, entre otros. Otro objetivo del proyecto se enfoca en el programa arquitectónico, un espacio que pueda
facilitar el estudio científico del humedal y de contemplación de este. Esto quiere decir, toma de muestra, estudio del crecimiento de las especies, tratamiento de elementos contaminantes, un área de descanso, de estudio, de desarrollo de informes y de contemplación donde su distribución tenga, por ejemplo, el control lumínico ideal para el desarrollo de la actividad científica. Al mismo tiempo, el programa deberá, en su mayor medida, aprovecharse de las condiciones naturales que se presentan en el
lugar sin tener que depender del sustento total del humedal, ósea que el agua pueda ser reutilizada y no desechada hacia el humedal. Teniendo en cuenta los elementos anteriormente mencionados, el desarrollo estructural, volumétrico y programático del proyecto son para dar forma circular, a través de la triangulación que otorga una estabilidad estructural, y distribución homogénea de los recintos, pero también su curvatura es el resultado del estudio de la interacción de las aves con su entorno, las cuales, a través de un sencillo nido establecen reglas estructurales, proporciones para proteger los huevos. Su altura está determinada por la oportunidad de contemplar la actividad de las aves en el humedal sin necesidad de estar dentro del él, también responder al nivel máximo que puede llegar el mar durante un evento natural y permitir el paso fluido del viento regulando la temperatura de los recintos. Los revestimientos exteriores, buscan responder al control lumínico, disminuir el estrés estructural y captar la humedad que se presenta durante la madrugada. Los revestimientos interiores funcionan de forma secundaria, para dividir recintos y para conservar aislados los recintos que tienen una condición especifica inflexible. En el centro del proyecto se propone un humedal artificial que contiene las aguas capturadas por el revestimiento, un sistema de depuración
artificial con plantas de la zona para trabajar las aguas grises y un sistema de bombeado y oxigenación que conserva el agua que se ira renovando a medida que se necesite, evitando la contaminación de las aguas del humedal y uso innecesario de este.
En conclusión, el proyecto que se presenta corresponde a un centro de investigación y conservación en los humedales costeros en la Bahía de Tongoy, en la región de Coquimbo. Un proyecto que, en definitiva, promueva la importancia medioambiental de estos frágiles ecosistemas y su conservación. | es |