Parque arqueológico Chug Chug

Abstract

En el cuidado y preservación del patrimonio existe una bifurcación del entendimiento sobre qué es el patrimonio y sobre qué sitios podemos poner en valor sobre a la cultura prehispánica de acuerdo con los acontecimientos históricos que marcan la línea de tiempo en cuanto al valor de identidad que tienen los sitios por esencia antiguos. En este proyecto se plantea una intervención que dialoga con el paisaje y propone entender elementos dentro del territorio como un patrimonio valioso, como lo son los yacimientos arqueológicos del Desierto de Atacama. Con el fin de poder establecer una red de intervención en un lugar para poder abordar problemáticas de la índole territorial que buscan preservar el patrimonio de comunidades indígenas y poner en valor el Parque Chug chug con el fin de posicionarse como un punto importante dentro de un recorrido turístico de la zona. La complejidad y extensión del territorio que se plantea abordar genera un recorrido de 14 kilómetros el cual tendrá una serie de estaciones vinculadas con la circulación principal del lugar, un camino de interior, de manera que las estaciones van a generar dos vínculos principalmente traducidos en contemplar y dimensionar. El primero es el de poder observar sitios o paisajes importantes para el lugar, y el segundo es poder medir el territorio. De esta manera la fragmentación de la circulación va a permitir aproximar al visitante desde el inicio del parque al remate de una manera lúdica y significativa para la apreciación del paisaje. A modo que cada una de las estaciones desde el acceso va armando un relato sobre el lugar y la conexión del pueblo nortino con el paisaje. La propuesta es un Parque Arqueológico que busca vincularse a un circuito de atracciones relacionadas con los paisajes, con el fin de fortalecer y potenciar la visita turística al lugar. Además del fomento a la investigación arqueológica. Por lo que la arquitectura favorecerá la puesta en valor, además de ofrecer una experiencia única con el entorno y de esta manera consolidar el territorio mediante una propuesta que dialogue entre la arquitectura y el paisaje.

En el cuidado y preservación del patrimonio existe una bifurcación del entendimiento sobre qué es el patrimonio y sobre qué sitios podemos poner en valor sobre a la cultura prehispánica de acuerdo con los acontecimientos históricos que marcan la línea de tiempo en cuanto al valor de identidad que tienen los sitios por esencia antiguos. En este proyecto se plantea una intervención que dialoga con el paisaje y propone entender elementos dentro del territorio como un patrimonio valioso, como lo son los yacimientos arqueológicos del Desierto de Atacama. Con el fin de poder establecer una red de intervención en un lugar para poder abordar problemáticas de la índole territorial que buscan preservar el patrimonio de comunidades indígenas y poner en valor el Parque Chug chug con el fin de posicionarse como un punto importante dentro de un recorrido turístico de la zona. La complejidad y extensión del territorio que se plantea abordar genera un recorrido de 14 kilómetros el cual tendrá una serie de estaciones vinculadas con la circulación principal del lugar, un camino de interior, de manera que las estaciones van a generar dos vínculos principalmente traducidos en contemplar y dimensionar. El primero es el de poder observar sitios o paisajes importantes para el lugar, y el segundo es poder medir el territorio. De esta manera la fragmentación de la circulación va a permitir aproximar al visitante desde el inicio del parque al remate de una manera lúdica y significativa para la apreciación del paisaje. A modo que cada una de las estaciones desde el acceso va armando un relato sobre el lugar y la conexión del pueblo nortino con el paisaje. La propuesta es un Parque Arqueológico que busca vincularse a un circuito de atracciones relacionadas con los paisajes, con el fin de fortalecer y potenciar la visita turística al lugar. Además del fomento a la investigación arqueológica. Por lo que la arquitectura favorecerá la puesta en valor, además de ofrecer una experiencia única con el entorno y de esta manera consolidar el territorio mediante una propuesta que dialogue entre la arquitectura y el paisaje.