Vivienda social experimental: rehabilitación de inmuebles de conservación histórica en abandono

Abstract

Recientemente, Chile se ha visto afectado por un alza en los índices de hacinamiento, Santiago está exento de esta problemática, en la que ‘el sueño de la casa propia’ es cada vez más difícil de alcanzar. Como consecuencia, es que cada vez más familias optan por soluciones alternativas para la obtención de una vivienda, tales como, subsidios habitacionales, comités de allegados y cooperativas de vivienda, entre otros, sin embargo, las viviendas obtenidas mediante estas postulaciones son ubicadas en las periferias de la ciudad, y no siempre consideran la cercanía a equipamientos y servicios, por lo que, una gran parte de la población está migrando desde las periferias a ‘nanodepartamentos’, ubicados en comunas más céntricas de la ciudad, cambiando los m2 en la vivienda, por la cercanía a instituciones educacionales, centros laborales, equipamientos y servicios varios. Las resoluciones dadas, tanto a nivel estatal en las periferias, como a nivel inmobiliario en el centro de Santiago, logran solucionar parte del problema habitacional. Sin embargo, no comprenden la diversidad del habitar de cada núcleo familiar, proponiendo un modelo estándar. Además, al ser producidas en serie, cambian por completo la identidad de los barrios y la ciudad, conformando una ‘no identidad’ barrial, creando así nuevos problemas, como la perdida de familiaridad y pertenencia con el entorno, tanto en el barrio, como en la ciudad, lo que conlleva a la falta de vida en comunidad, aislamiento, y deterioro en la convivencia entre vecinos. De esta forma, ¿Es posible encontrar un punto de convergencia entre vivienda de calidad, acceso a equipamientos y servicios, identidad y vida en comunidad? La respuesta a esta pregunta se encuentra en la reutilización y rehabilitación de Inmuebles de Conservación Histórica en abandono, y que, de la mano con el Co-housing, proponen contrarrestar parte del déficit habitacional, y al mismo tiempo, se retorna la identidad a los barrios y por ende también a la ciudad. Es así, como el proyecto considera espacios comunes que fomenten la vida fuera de la vivienda, y así, reducir el individualismo, al mismo tiempo que se proponen nuevas tipologías de vivienda, las cuales se adaptan a la vida cotidiana de cada núcleo familiar, permitiendo aumentar los cuidados de la infraestructura, y prolongar su longevidad. Lo anterior, consigue fomentar la vida en comunidad, a través de la convivencia, apropiación y sentido de pertenencia en el barrio.

Recientemente, Chile se ha visto afectado por un alza en los índices de hacinamiento, Santiago está exento de esta problemática, en la que ‘el sueño de la casa propia’ es cada vez más difícil de alcanzar. Como consecuencia, es que cada vez más familias optan por soluciones alternativas para la obtención de una vivienda, tales como, subsidios habitacionales, comités de allegados y cooperativas de vivienda, entre otros, sin embargo, las viviendas obtenidas mediante estas postulaciones son ubicadas en las periferias de la ciudad, y no siempre consideran la cercanía a equipamientos y servicios, por lo que, una gran parte de la población está migrando desde las periferias a ‘nanodepartamentos’, ubicados en comunas más céntricas de la ciudad, cambiando los m2 en la vivienda, por la cercanía a instituciones educacionales, centros laborales, equipamientos y servicios varios. Las resoluciones dadas, tanto a nivel estatal en las periferias, como a nivel inmobiliario en el centro de Santiago, logran solucionar parte del problema habitacional. Sin embargo, no comprenden la diversidad del habitar de cada núcleo familiar, proponiendo un modelo estándar. Además, al ser producidas en serie, cambian por completo la identidad de los barrios y la ciudad, conformando una ‘no identidad’ barrial, creando así nuevos problemas, como la perdida de familiaridad y pertenencia con el entorno, tanto en el barrio, como en la ciudad, lo que conlleva a la falta de vida en comunidad, aislamiento, y deterioro en la convivencia entre vecinos. De esta forma, ¿Es posible encontrar un punto de convergencia entre vivienda de calidad, acceso a equipamientos y servicios, identidad y vida en comunidad? La respuesta a esta pregunta se encuentra en la reutilización y rehabilitación de Inmuebles de Conservación Histórica en abandono, y que, de la mano con el Co-housing, proponen contrarrestar parte del déficit habitacional, y al mismo tiempo, se retorna la identidad a los barrios y por ende también a la ciudad. Es así, como el proyecto considera espacios comunes que fomenten la vida fuera de la vivienda, y así, reducir el individualismo, al mismo tiempo que se proponen nuevas tipologías de vivienda, las cuales se adaptan a la vida cotidiana de cada núcleo familiar, permitiendo aumentar los cuidados de la infraestructura, y prolongar su longevidad. Lo anterior, consigue fomentar la vida en comunidad, a través de la convivencia, apropiación y sentido de pertenencia en el barrio.