Programa kinesiológico de piso pélvico denominado Hola, soy tu pelvis. Asociado a una orientación social, de salud mental, con perspectiva de género en contexto de pre, post parto y durante cualquier periodo de la vida donde se presente DSP

Abstract

En Chile se conocen múltiples alteraciones a nivel del piso pélvico como prolapsos e incontinencias en general, que requieren varias consultas médicas al año no solo en el periodo del embarazo sino que durante cualquier etapa de la vida de la mujer, en Latinoamérica se establece que 529.000 mujeres terminan falleciendo y al menos 20 millones presentan complicaciones agudas, por consecuencia de las brechas socioeconómicas, tratamientos no biopsicosociales, que son poco certeros y de difícil acceso («Guía perinatal, Programa Nacional Salud de la Mujer», 2015). Es por lo cual a través de la ejecución del programa denominado “Hola, soy tu pelvis”, se busca implementar una terapia integral al alcance de toda la población chilena, que pueda prevenir las DSP en edades tempranas, entregar un tratamiento oportuno que implica un plan de ejercicios adecuado, apoyo a la salud mental de las pacientes como la meditación que impulsa la aceptación y seguridad de ellas, para consigo internalizar conceptos como diversidad, autoestima y autocuidado, además de educar adecuadamente sobre estas alteraciones, reduciendo indirectamente los costos de procedimientos futuros, disminuyendo consultas de especialistas y tiempos de tratamientos en los CESFAM y consultorios (Departamento de estadísticas e información de salud, 2016). La duración del programa se proyecta para un año, con un alcance mínimo de 432 personas. Consta de talleres por un periodo de un mes con una periodicidad de dos sesiones más una charla por semana y una duración de 120 minutos por sesión. Las asistentes al programa serán como máximo 36 participantes por cada taller, las cuales se dividirán en tres grupos: adultas jóvenes desde 18 a 38 años, embarazadas entre 18 a 37 años y adultas entre 39 a 60 años que estarán a cargo de 3 tres kinesiólogas respectivamente. Para la ejecución del programa, es indispensable que se tenga al año $2.164.000, que costea la compra de implementos kinésicos, de relajación, material de impresión y distribución de información para brindarle a las pacientes herramientas necesarias para un taller de calidad, más $975.000 mensuales en sueldos del personal. Los factores que incrementan las oportunidades de éxito del programa son la participación de un equipo capacitado en salud, se aborda una población que responde a un nivel socioeconómico bajo, se posee apoyo financiero de fondos concursables como “Emprende Chile”, del respaldo de agrupaciones feministas, como Sorored de la cual es encargada María José Quiñinao, de un aporte fijo para las personas que asistan al programa y al concurso “Jump Chile”. Lo que brinda un ingreso total aproximado de $14.232.000, una mayor difusión, además de un aparato tecnológico y encuestas de satisfacción que ayudan tanto para potenciar el tratamiento como para la medición de resultados respectivamente, garantizando así el desarrollo social de las comunas que presentan esta problemática. Cabe mencionar que la principal competencia son los proyectos privados como CS (Caro Silva), MEDS, Kineself, entre otros. Que no cuentan con talleres a un valor monetario menor a $14.000 por sesión, por lo que el programa con un valor de $3.500 por mes, es más accesible a comunas de bajos recursos económicos, donde se busca una interacción de cercanía y confianza entre los profesionales y pacientes, estableciéndose momentos de diálogo y aclaración de dudas.

En Chile se conocen múltiples alteraciones a nivel del piso pélvico como prolapsos e incontinencias en general, que requieren varias consultas médicas al año no solo en el periodo del embarazo sino que durante cualquier etapa de la vida de la mujer, en Latinoamérica se establece que 529.000 mujeres terminan falleciendo y al menos 20 millones presentan complicaciones agudas, por consecuencia de las brechas socioeconómicas, tratamientos no biopsicosociales, que son poco certeros y de difícil acceso («Guía perinatal, Programa Nacional Salud de la Mujer», 2015). Es por lo cual a través de la ejecución del programa denominado “Hola, soy tu pelvis”, se busca implementar una terapia integral al alcance de toda la población chilena, que pueda prevenir las DSP en edades tempranas, entregar un tratamiento oportuno que implica un plan de ejercicios adecuado, apoyo a la salud mental de las pacientes como la meditación que impulsa la aceptación y seguridad de ellas, para consigo internalizar conceptos como diversidad, autoestima y autocuidado, además de educar adecuadamente sobre estas alteraciones, reduciendo indirectamente los costos de procedimientos futuros, disminuyendo consultas de especialistas y tiempos de tratamientos en los CESFAM y consultorios (Departamento de estadísticas e información de salud, 2016). La duración del programa se proyecta para un año, con un alcance mínimo de 432 personas. Consta de talleres por un periodo de un mes con una periodicidad de dos sesiones más una charla por semana y una duración de 120 minutos por sesión. Las asistentes al programa serán como máximo 36 participantes por cada taller, las cuales se dividirán en tres grupos: adultas jóvenes desde 18 a 38 años, embarazadas entre 18 a 37 años y adultas entre 39 a 60 años que estarán a cargo de 3 tres kinesiólogas respectivamente. Para la ejecución del programa, es indispensable que se tenga al año $2.164.000, que costea la compra de implementos kinésicos, de relajación, material de impresión y distribución de información para brindarle a las pacientes herramientas necesarias para un taller de calidad, más $975.000 mensuales en sueldos del personal. Los factores que incrementan las oportunidades de éxito del programa son la participación de un equipo capacitado en salud, se aborda una población que responde a un nivel socioeconómico bajo, se posee apoyo financiero de fondos concursables como “Emprende Chile”, del respaldo de agrupaciones feministas, como Sorored de la cual es encargada María José Quiñinao, de un aporte fijo para las personas que asistan al programa y al concurso “Jump Chile”. Lo que brinda un ingreso total aproximado de $14.232.000, una mayor difusión, además de un aparato tecnológico y encuestas de satisfacción que ayudan tanto para potenciar el tratamiento como para la medición de resultados respectivamente, garantizando así el desarrollo social de las comunas que presentan esta problemática. Cabe mencionar que la principal competencia son los proyectos privados como CS (Caro Silva), MEDS, Kineself, entre otros. Que no cuentan con talleres a un valor monetario menor a $14.000 por sesión, por lo que el programa con un valor de $3.500 por mes, es más accesible a comunas de bajos recursos económicos, donde se busca una interacción de cercanía y confianza entre los profesionales y pacientes, estableciéndose momentos de diálogo y aclaración de dudas.