Convertidores de óxido para el tratamiento de la corrosión en estructuras metálicas

Abstract

La corrosión en los metales es un problema sumamente frecuente ya que, a menos que se les proteja adecuadamente, estos se corroen fácilmente, transformándose en una fuente de preocupación constante para quienes utilizan y construyen en base a estructuras metálicas. Se estima que entre un 25% y 30% de la producción mundial de hierro es destruida por la corrosión. Los sectores más afectados son la construcción, el transporte, y el sector marítimo, por el fuerte efecto del agua de mar y la intemperie sobre las estructuras metálicas. Las consecuencias de la corrosión en los metales las vemos en diversas situaciones como: perforaciones en tuberías, deterioro de elementos estructurales como vigas y pilares, y disminución de la funcionalidad y vida útil de equipos y maquinarias, con las consiguientes pérdidas económicas que esto implica. El problema de la corrosión en estructuras metálicas es ampliamente conocido pero no resuelto de manera óptima empleando soluciones medianamente eficaces, o con soluciones adecuadas que no se aplican por desconocimiento o por simple repetición de los hábitos de construcción y de los métodos típicamente utilizados. Actualmente existen varios sistemas de protección contra la corrosión y muchas veces la solución más óptima es una combinación de ellos. Por todo lo anterior, el conocimiento y el uso adecuado de los métodos de prevención y protección de la corrosión sobre las estructuras metálicas se traduce en mayor seguridad en la funcionalidad de los elementos, prolongación de la vida útil y un gran ahorro en los costos.

La corrosión en los metales es un problema sumamente frecuente ya que, a menos que se les proteja adecuadamente, estos se corroen fácilmente, transformándose en una fuente de preocupación constante para quienes utilizan y construyen en base a estructuras metálicas. Se estima que entre un 25% y 30% de la producción mundial de hierro es destruida por la corrosión. Los sectores más afectados son la construcción, el transporte, y el sector marítimo, por el fuerte efecto del agua de mar y la intemperie sobre las estructuras metálicas. Las consecuencias de la corrosión en los metales las vemos en diversas situaciones como: perforaciones en tuberías, deterioro de elementos estructurales como vigas y pilares, y disminución de la funcionalidad y vida útil de equipos y maquinarias, con las consiguientes pérdidas económicas que esto implica. El problema de la corrosión en estructuras metálicas es ampliamente conocido pero no resuelto de manera óptima empleando soluciones medianamente eficaces, o con soluciones adecuadas que no se aplican por desconocimiento o por simple repetición de los hábitos de construcción y de los métodos típicamente utilizados. Actualmente existen varios sistemas de protección contra la corrosión y muchas veces la solución más óptima es una combinación de ellos. Por todo lo anterior, el conocimiento y el uso adecuado de los métodos de prevención y protección de la corrosión sobre las estructuras metálicas se traduce en mayor seguridad en la funcionalidad de los elementos, prolongación de la vida útil y un gran ahorro en los costos.