Arquitectura funebre y memoria: construcción Crematorio Comunitario en Cementerio de Antofagasta

Abstract

A lo largo de la historia enterrar a los muertos y darles una sepultura digna ha sido de suma importancia para el hombre. En la Grecia y Roma antiguas “Se temía la muerte menos que a la privación de la sepultura” (De Coulanges). Este paso es muy importante para la persona que está en el proceso de duelo, ya que le permite tener las herramientas simbólicas para procesar el sinsentido que la muerte conlleva. Gracias a la arquitectura se puede ayudar a construir un puente entre la vida y la muerte hasta un punto en donde se puede llegar a borrar los límites que existen, permitiendo dejar una memoria permanente en este mundo según la creencia del hombre de la existencia de otra vida después de la muerte. Estos lugares sagrados para venerar y recordar a nuestros difuntos son llamados cementerios, camposantos, necrópolis o sacramental, y son lugares que se utilizan para el entierro de cadáveres, en donde reposan los restos mortales de las personas. Además de ser enterrados dichos restos en sarcófagos, féretros o ataúdes pueden introducirse en criptas, mausoleos o nichos, y a su vez si se practica la cremación, las cenizas pueden colocarse en cofres o urnas en columbarios, enterrarlas o dárselas a la familia. Debido a la importancia que presentan estos lugares, es necesario que estos estén en las mejores condiciones y que transmitan hacia la persona que está viviendo el duelo, la tranquilidad, comodidad y respeto que merece honrar a los muertos, puesto que estos lugares están hechos para los vivos. Situándonos en el lugar específico que se estudiará, la región de Antofagasta presenta una población de 691.854 habitantes aproximadamente, de los cuales actualmente, 25.244 personas están contagiadas de Covid-19 y 782 han fallecido, contando que cada dia mueren entre 2 a 8 personas diarias, y la incineración toma cada dia más fuerza entre las formas de sepulturas más usadas debido a los problemas actuales que presentamos, como la falta de espacio para sepulturas y rapidez en el proceso. Es por ello que se requiere la creación del primer crematorio comunitario para el sector, ya que el que existe en la zona es de carácter privado y no es exequible para toda la comunidad de Antofagasta.

A lo largo de la historia enterrar a los muertos y darles una sepultura digna ha sido de suma importancia para el hombre. En la Grecia y Roma antiguas “Se temía la muerte menos que a la privación de la sepultura” (De Coulanges). Este paso es muy importante para la persona que está en el proceso de duelo, ya que le permite tener las herramientas simbólicas para procesar el sinsentido que la muerte conlleva. Gracias a la arquitectura se puede ayudar a construir un puente entre la vida y la muerte hasta un punto en donde se puede llegar a borrar los límites que existen, permitiendo dejar una memoria permanente en este mundo según la creencia del hombre de la existencia de otra vida después de la muerte. Estos lugares sagrados para venerar y recordar a nuestros difuntos son llamados cementerios, camposantos, necrópolis o sacramental, y son lugares que se utilizan para el entierro de cadáveres, en donde reposan los restos mortales de las personas. Además de ser enterrados dichos restos en sarcófagos, féretros o ataúdes pueden introducirse en criptas, mausoleos o nichos, y a su vez si se practica la cremación, las cenizas pueden colocarse en cofres o urnas en columbarios, enterrarlas o dárselas a la familia. Debido a la importancia que presentan estos lugares, es necesario que estos estén en las mejores condiciones y que transmitan hacia la persona que está viviendo el duelo, la tranquilidad, comodidad y respeto que merece honrar a los muertos, puesto que estos lugares están hechos para los vivos. Situándonos en el lugar específico que se estudiará, la región de Antofagasta presenta una población de 691.854 habitantes aproximadamente, de los cuales actualmente, 25.244 personas están contagiadas de Covid-19 y 782 han fallecido, contando que cada dia mueren entre 2 a 8 personas diarias, y la incineración toma cada dia más fuerza entre las formas de sepulturas más usadas debido a los problemas actuales que presentamos, como la falta de espacio para sepulturas y rapidez en el proceso. Es por ello que se requiere la creación del primer crematorio comunitario para el sector, ya que el que existe en la zona es de carácter privado y no es exequible para toda la comunidad de Antofagasta.