Semillas en el desierto: vivienda social experimental en la Quinta Monroy, Iquique

Abstract

La Quinta Monroy es un proyecto de vivienda social dinámica sin deuda "incremental", realizado por Alejandro Aravena y su oficina ELEMENTAL durante 2003 en Iquique, Chile. Su legado e influencia no sólo se remite a la vivienda social, sino que fue un punto de quiebre en la arquitectura mundial. A casi 20 años de su construcción, el contexto de la obra ha cambiado rotundamente. Mientras que Alejandro Aravena definió un género en la arquitectura que le otorgó elogios y galardones alrededor del mundo, una semilla en el desierto empezó a germinar y crecer. El efecto del tiempo sobre la obra produjo el congelamiento de una imagen idílica que esconde fallas sistémicas en la estrategia proyectual del proyecto. En particular, el individualismo reflejado en la forma de ampliarse produjo situaciones de hacinamiento, mala calidad constructiva y privatización del espacio público; deteriorando la calidad de vida de un proyecto que terminó replicando lo que se propuso eliminar en primer lugar. De esta forma, ¿cuáles son las lecciones de la Quinta Monroy? Para aprender de esta obra, se busca realizar una "reconstrucción retrospectiva" de la Quinta Monroy, con el objetivo de compilar lecciones y estrategias para vivienda social, reflejadas en un nuevo proyecto replanteando el conjunto original en Iquique. Inspirado en el legado de Haramoto y Habraken, se replantea la Quinta Monroy como un conjunto colaborativo, proponiendo mecanismos de ampliación modular prefabricada basados en el co-housing, con el objetivo de no sólo evitar la individualidad negativa en conjuntos sociales. sino también generar viviendas que sean tierra fértil para germinar y crecer como comunidad. En un mundo cada vez más hostil, la única forma de salir adelante es mirando el mundo como un jardinero: sembrando y creando Zas condiciones para mejorar la calidad de vida de la vivienda social.

La Quinta Monroy es un proyecto de vivienda social dinámica sin deuda "incremental", realizado por Alejandro Aravena y su oficina ELEMENTAL durante 2003 en Iquique, Chile. Su legado e influencia no sólo se remite a la vivienda social, sino que fue un punto de quiebre en la arquitectura mundial. A casi 20 años de su construcción, el contexto de la obra ha cambiado rotundamente. Mientras que Alejandro Aravena definió un género en la arquitectura que le otorgó elogios y galardones alrededor del mundo, una semilla en el desierto empezó a germinar y crecer. El efecto del tiempo sobre la obra produjo el congelamiento de una imagen idílica que esconde fallas sistémicas en la estrategia proyectual del proyecto. En particular, el individualismo reflejado en la forma de ampliarse produjo situaciones de hacinamiento, mala calidad constructiva y privatización del espacio público; deteriorando la calidad de vida de un proyecto que terminó replicando lo que se propuso eliminar en primer lugar. De esta forma, ¿cuáles son las lecciones de la Quinta Monroy? Para aprender de esta obra, se busca realizar una "reconstrucción retrospectiva" de la Quinta Monroy, con el objetivo de compilar lecciones y estrategias para vivienda social, reflejadas en un nuevo proyecto replanteando el conjunto original en Iquique. Inspirado en el legado de Haramoto y Habraken, se replantea la Quinta Monroy como un conjunto colaborativo, proponiendo mecanismos de ampliación modular prefabricada basados en el co-housing, con el objetivo de no sólo evitar la individualidad negativa en conjuntos sociales. sino también generar viviendas que sean tierra fértil para germinar y crecer como comunidad. En un mundo cada vez más hostil, la única forma de salir adelante es mirando el mundo como un jardinero: sembrando y creando Zas condiciones para mejorar la calidad de vida de la vivienda social.